Algo se desprende de una inmensa
fragilidad.
El cuerpo no soporta los astros.
Entonces, muerdo tu cuerpo como
queriendo adherirme al mundo que no ocurrió.
Fui una soñadora sobre un rayo de
luna.
Una niña hecha de a silencios.
Ahora, soy múltiple choise.
Cerrojo y armadura.
Por momentos bruma entre los
adoquines.
Este cuerpo no soporta la fragilidad
de las esencias, no.
Es más denso, es más antiguo que tu
mirada.
No hay envoltura, ni consuelo.
Este cuerpo entre ruinas y cenizas,
Fue atravesado como por un puñal
Como por una daga profunda de un
pantano chino.
Tierra, Vestidos, trenzas, Risas, juegos
de sensaciones.
Parece ayer, pero sólo son imágenes.
Una escalera, como un piano,
Una música del infinito
Que siempre vuelve a cantar lo que
fue y a la vez lo que no fue.
Mis manos ya no son pequeñas y
gruesas
Son finas y largas, como queriendo
construir un arpa, una melodía eterna
Que invite a sanar el día.
Que invite a construir,
lo que nunca
fuimos.
Laura Y. Kisielewsky
1 comentario:
A veces el mundo puede ser una ventana.
Publicar un comentario